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Del 7 de noviembre 2020 al 13 de junio 2021

La Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, la Academia de Artes y el Museo Nacional de San Carlos, presenta la exposición Retóricas de modernidad y desencanto. Resultado de una exploración de los acervos del MNSC y de la Academia de Artes, la muestra tiene el objetivo de registrar el uso de la alegoría como recurso retórico para la representación de diversos imaginarios producidos a lo largo de la modernidad. A través de una mesurada selección de obras creadas en el transcurso de cinco siglos, se construye un espacio de tránsito entre códigos artísticos que permite identificar la manera en que se producen diversas relaciones de sentido en la comprensión de las alegorías. La exposición plantea también, una reflexión en torno a los múltiples ámbitos culturales que determinaron las distintas estrategias retóricas y discursivas empleadas en la representación de los valores modernos. A lo largo de tres secciones se elabora un recorrido que muestra la forma en la que estas “gramáticas” visuales develan diversas concepciones sobre la modernidad, generando un itinerario simbólico que se establece como un punto de intersección entre la historia de las instituciones culturales y artísticas y los sistemas políticos y de representación. Imágenes producidas por artistas europeos y mexicanos develan el potencial poético que ha permitido a la alegoría ser empleada de manera frecuente en las artes plásticas para referir a diversos sistemas de valores. Los ejemplos mostrados funcionan al mismo tiempo como parámetros de contraste que permiten identificar el empleo de este mecanismo expresivo y retórico a lo largo del tiempo, y el modo en el que los lenguajes visuales operan en la creación artística para representar diversas entidades abstractas a través de la figuración. 

Adolfo F. Mantilla


Una de las cualidades de la cultura visual del siglo XVI fue la amplia producción de representaciones alegóricas. Una imagen de Jan Saenredam, en donde se personifica a Júpiter sobre un pedestal, y personajes que hacen referencia a las prácticas artísticas y científicas, se articula en este espacio con ejemplos de imágenes alegóricas creadas por contemporáneos como el también holandés Jacob Matham, el romano Giuseppe Cesari, y el florentino Jacobo Zucchi. En su conjunto, las piezas marcan algunos de los patrones renacentistas que habrían de servir como base para la construcción de retóricas en los dos siglos siguientes. Durante este periodo las representaciones alegóricas adquirieron una clara función pedagógica, ya fuera para promover los principios ideológicos de las monarquías, la Iglesia o los valores ilustrados. Durante su estancia en Roma en 1632, Karl Audran registró algunas de las figuras jeroglíficas que decoran el zócalo de la Sala Heliodoro. Estas alegorías funcionaron en su momento para personificar los frutos del buen gobierno. Rafaello Morghen, grabador italiano, dejó también un registro de la permanencia del imaginario renacentista al reproducir el programa alegórico contenido en la bóveda que cubre la Estancia de la Signatura. Ahí, Rafael Sanzio había sustituido los temas paganos de los medallones por las alegorías relacionadas con los frescos de las paredes. Particularmente en el ámbito pictórico, Victor Wolfvoet y Jan Ijkens -dos artistas ubicados en torno a la escuela de Peter Paul Rubens- llevaron a cabo trabajos de carácter alegórico con claras referencias a los valores del Estado y la Iglesia. En el caso de Jan Ijkens se conservan dos láminas hechas a partir de una composición de Rubens, en las cuales se registra la culminación plástica de la ideología contrarreformista.


Francisco Dosamantes 

(Ciudad de México, México, 1911 – 1986)

Destrucción de la cultura, 1939

Litografía

Acervo Academia de Artes

Los principales estilos artísticos creados en Europa durante el siglo XVIII, fueron resultado de la integración de los principios ilustrados en la cultura visual. Alegorías como las de Andrea Pozzi y Pierre Puvis de Chavannes proyectan elementos simbolistas marcados por el espíritu de la época. Por otro lado, artistas como Samuel von Amsler, Paul Sigmund Habelman o Wilhelm von Kaulbach, crearon, en el contexto alemán, representaciones alegóricas que transitaron por ámbitos clasicistas y románticos. Particularmente von Kaulbach, además de ilustrar textos de Johann Wolfgang von Goethe y Friedrich Schiller, fue quien ilustró alegóricamente las leyendas alemanas compiladas por los hermanos Grimm. En otros contextos geográficos, artistas como Auguste Rodin desarrollaron obras de corte alegórico que tuvieron como trasfondo la guerra franco-prusiana. En este espacio se exhibe una pieza de bronce que funciona como punto de articulación entre Rodin y la Academia de San Carlos, institución de la que formaron parte los escultores Manuel Vilar y Roca y Enrique Guerra. El primero elaboró, a mediados del siglo XIX, un proyecto para la construcción de la columna que representaría la Independencia. Por su parte, Guerra modeló en 1908 las cuatro Virtudes Cardinales, de las cuales, tres de ellas se encuentran actualmente en la ciudad de Xalapa y otra en la Ciudad de México. Con la intención de marcar el movimiento pendular de la cultura visual de los siglos XIX y XX hacia una concepción desencantada de los valores modernos, los ejemplos mencionados anteriormente se encuentran dispuestos en diálogo contrastivo con obras creadas por otros artistas europeos, artistas gráficos afiliados al Taller de Gráfica Popular y expresiones creadas por pintores como Jorge González Camarena.


Auguste Rodin

(París, Francia, 1840 – Meudon, Francia, 1917)

El llamado de las armas, 1879

Bronce

Acervo Museo Nacional de San Carlos - INBAL - Secretaría de Cultura

Una de las dimensiones del imaginario de la modernidad es la que devela una posición de desencanto respecto de los propios valores. Desde el siglo XIX, Friedrich Nietzsche había referido al proceso de transvaloración de los valores modernos. Sin embargo, fue hasta la segunda década del siglo XX cuando Oswald Spengler denunció, a través de su morfología de la Historia Universal, el ocaso de la cultura occidental y con ello, el desencanto respecto del proyecto moderno. A pocos años de finalizar la primera mitad del siglo, George Orwell publicó en 1948 su relato 1984, otra de las narrativas que funcionaron como pilares conceptuales de la pintura de Juan O’Gorman que se exhibe en este contexto. Junto con cuatro estudios para la obra y un dibujo para otro proyecto, en esta sección se integran ejemplos de piezas gráficas que parten de un trabajo de Leopoldo Méndez, seguido de una secuencia de representaciones del imperialismo, la explotación, la reacción, la paz y la justicia, todas registradas por artistas mexicanos en medio del espíritu de desencanto durante el tránsito a la segunda mitad del siglo XX. A través de estos ejemplos, es posible dar cuenta de la manera en la que las metáforas icónicas, como es el caso de las representaciones alegóricas, constituyen un medio de expresión ambivalente de los sistemas axiológicos de una sociedad. Al explorar diversas tipologías visuales creadas en espacios y tiempos distintos, es posible identificar la dinámica en la que operan los sistemas de valor a partir de lo representado, y establecer un puente entre múltiples códigos que permita una pluralidad de relaciones de sentido.


Arturo García Bustos

(Ciudad de México, México, 1926 – 2017)

Imperialismo, 1949

Linografía

Acervo Academia de Artes

GALERÍA


Exposición en colaboración con la Academia de Artes

Curaduría

Adolfo F. Mantilla / Academia de Artes          Mariano Meza, Alivé Piliado / Equipo MNSC