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HASTA EL 2 DE FEBRERO 2025

En la actualidad, la Navidad es una de las celebraciones más populares y esperadas del mundo al ser una época para estar con los seres queridos, dar y recibir regalos, reflexionar sobre el futuro próximo o simplemente para disfrutar del frío con un ponche caliente o de los árboles y las luces navideñas. Poco a poco se ha ido perdiendo el origen de la Navidad, establecida por la Iglesia católica en el siglo IV para celebrar el nacimiento de Jesús o natividad, y que originalmente duraba 12 días, del 24 de diciembre (Noche Buena) al 6 de enero (Epifanía).

Casi a la par, el ciclo de la natividad de Jesús capturó el interés de los pintores y comitentes, pues no solo conmemoraba el nacimiento del hijo de Dios, sino que simbolizaba el inicio de la redención de la humanidad, condenada por el pecado original, y que se concretaba con la pasión, muerte y resurrección de Cristo, idea en la que se fundamenta la doctrina cristiana. A pesar de su importancia capital, las representaciones del ciclo de la natividad, que comprende desde la Anunciación hasta la Epifanía, variaron a lo largo de la Edad Media, ya que los evangelios de Mateo y Lucas proporcionan pocos detalles, lo que despertó la imaginación de artistas, escritores y teólogos. Fue hasta el siglo XVI, cuando la Iglesia se vio forzada a poner orden debido a la Reforma protestante, que se definió su iconografía, aunque continuó variando la relativa a los Reyes magos.

El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, a través del Museo Nacional de San Carlos, presenta Natividad. Tiempo de celebración, con el fin de conocer el significado y la importancia de las representaciones del ciclo de la natividad entre los siglos XVI y XVII, y de los elementos iconográficos que lo constituyen.

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Autor no identificado. Adoración de los pastores, s.f. Colección MNSC